1 Samuel 26 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de 1 Samuel
Capitulos:

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1 - Y VINIERON los Zifeos a Saul en Gabaa, diciendo: ¿David no está escondido en el collado de Jaquila, delante del desierto?

2 - Saul entónces se levantó, y descendió al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.

3 - Y Saul asentó el campo en él collado de Jaquila, que está delante del desierto, junto al camino. Y David estaba en el desierto, y entendió que Saul le seguía en el desierto.

4 - Y envió David espías, y entendió por cierto que Saul venía.

5 - Y levantóse David, y vino al lugar donde Saul había asentado el campo: y miró David el lugar donde dormía Saul, y Abner, hijo de Ner, general de su ejército: y Saul dormía en la trinchera, y el pueblo estaba por el campo en derredor de él.

6 - Y David habló, y dijo a Aquimelec Jetteo, y a Abisaí, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo a Saul al campo? Y dijo Abisaí: Yo descenderé contigo.

7 - Y vino David y Abisaí al pueblo de noche, y he aquí Saul, que estaba tendido durmiendo en la trinchera, y su lanza estaba hincada en tierra a su cabecera; y Abner y el pueblo estaban tendidos al rededor de él.

8 - Entónces dijo Abisai a David: Entregado ha hoy Dios a tu enemigo en tus manos: ahora pues, herirle he ahora con la lanza, y enclavarle he con la tierra de un golpe, y no segundaré.

9 - Y David respondió a Abisaí: No le mates: porque ¿quién extendió su mano en el ungido de Jehová, y fué inocente?

10 - Y tornó a decir David: Vive Jehová, que si Jehová no le hiriére, o que su día llegue para que muera, o que descendiendo en batalla muera:

11 - Jehová me guarde de extender mi mano en el ungido de Jehová: mas toma ahora la lanza, que está a su cabecera, y el barril de aqua, y vámosnos.

12 - Y tomó David la lanza y el barril de agua de la cabecera de Saul, y se fueron, que no hubo nadie que viese, ni entendiese, ni velase: que todos dormían: porque sueño de Jehová había caido sobre ellos.

13 - Y pasando David de la otra parte, púsose desviado en la cumbre del monte, que había grande distancia entre ellos:

14 - Y dió voces David al pueblo, y a Abner, hijo de Ner, diciendo: ¿No respondes Abner? Entónces Abner respondió, y dijo: ¿Quién eres tú, que das voces al rey?

15 - Y dijo David a Abner: ¿No eres varón tú? ¿y quién hay como tú en Israel? ¿Por qué pues no has guardado al rey tu señor? que ha entrado uno del pueblo a matar a tu señor el rey?

16 - Esto que has hecho, no es bien: Vive Jehová que sois dignos de muerte, que no habéis guardado a vuestro señor, al ungido de Jehová. Mirá pues ahora donde está la lanza del rey, y el barril del agua, que estaban a su cabecera.

17 - Y conociendo Saul la voz de David, dijo: ¿No es esta tu voz, hijo mío, David? Y David respondió: Mi voz es, rey, señor mío.

18 - Y dijo: ¿Por qué persigue así mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿Qué mal hay en mi mano?

19 - Yo ruego pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si Jehová te incita contra mi, huela él el sacrificio; mas si hijos de hombres, malditos ellos sean en la presencia de Jehová, que me han echado hoy que no me junte en la heredad de Jehová, diciendo: Vé, y sirve a dioses ajenos.

20 - No caiga pues ahora mi sangre en tierra delante de Jehová; que ha salido el rey de Israel a buscar una pulga, como quien persigue una perdiz por los montes.

21 - Entónces Saul dijo: Yo he pecado, vuélvete, hijo mío, David, que ningún mal te haré más, pues que mi vida ha sido estimada hoy en tus ojos. He aquí, yo he hecho locamente, y he errado mucho en gran manera.

22 - Y David respondió, y dijo: He aquí la lanza del rey, pase acá uno de los criados, y tómela.

23 - Y Jehová pague a cada uno su justicia, y su lealtad; que Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano en el ungido de Jehová.

24 - Y, he aquí, como tu vida ha sido estimada hoy en mis ojos, así sea mi vida estimada en los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción.

25 - Y Saul dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío, David; haciendo harás, y pudiendo podrás. Entónces David se fué su camino, y Saul se volvió a su lugar.